Síntesis de taller 1

31 de marzo de 2016 – Universidad Politécnica de Valencia

TALLER 1: ACAPARAMIENTOS Y CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA

¿CUÁLES SON LAS CIFRAS Y QUIÉNES SON LOS ACTORES?

Traducido del francés por Eugenia Sánchez, Translators Without Borders (TWB)

PDFfmat_sintesis-taller-1

Después de una primera reunión plenaria sobre la evolución del acceso a la tierra y a los recursos naturales en los diferentes continentes, los participantes pudieron aportar numerosos testimonios, determinar las diferentes formas que toman los acaparamientos y la concentración de tierras, discutir sobre el alcance de los procesos en curso y reflexionar sobre la adecuación de las herramientas disponibles para cuantificar dichos fenómenos. Este taller comenzó con cuatro presentaciones sobre el despojo de tierras sufrido por la comunidad indígena Qom en Argentina, las contradicciones y problemas de las políticas de tierras en Madagascar, la situación del acceso a la tierra en Sudáfrica y su evolución en Rumania. La Land Matrix, base de datos que se cita con mucha frecuencia, fue el tema de la quinta presentación, en la que se destacaron los beneficios que ofrece este recurso así como sus limitaciones1.

BALANCE

El acceso a la tierra está sufriendo transformaciones muy rápidas y profundas en la mayor parte de las regiones del mundo.

El calificativo de land-grabbing que se utiliza muy a menudo se refiere a un tipo particular de fenómeno, especialmente indignante, pero que está lejos de reflejar todos los cambios que se están produciendo en el acceso a la tierra en todo el mundo y que también son cuestiones graves. Las evaluaciones cuantitativas que se citan frecuentemente solo reflejan una pequeña parte de esta problemática. Resulta indispensable aclarar qué debe tomarse en cuenta antes de pretender realizar una cuantificación de los fenómenos de acaparamiento y de concentración de la tierra que se aplican no solo a las tierras sino también a los recursos forestales y a los recursos pesqueros (cf. los respectivos talleres2).

Teniendo en cuenta los ejemplos presentados o citados, podemos distinguir claramente lo siguiente:

1) Procesos de despojo de las comunidades autóctonas, de apropiación de los territorios de los pueblos indígenas o de otras poblaciones por parte de actores externos para desarrollar actividades agrícolas a gran escala, proyectos mineros, grandes explotaciones forestales, para construir infraestructuras, rutas, diques, canales, oleoductos, para la expansión urbana, para crear reservas naturales, etcétera. Los ejemplos de los territorios indígenas en Argentina, del desarrollo de infraestructuras y de negocios agrícolas en Sri Lanka, del avance de la «frontera agrícola» (agricultura y ganadería) en Brasil, además de las concesiones forestales en República Centroafricana, de la creación de «ranchos» en zona de pastoreo en Níger o de plantaciones en Senegal corresponden todos a esta primera categoría.

2) Procesos de concentración de los derechos de uso de la tierra y de los recursos naturales, que se concretan mediante la compra-venta de parcelas de menor dimensión o su arrendamiento, y también con los cambios generacionales. En la reunión plenaria de la mañana, se citaron, en particular, los casos de Rumania, de muchos países de Europa occidental, como Francia, además de Canadá y de los Estados Unidos.

Existe una gran variedad de actores involucrados. Hay, por supuesto, grandes empresas, internacionales o nacionales, y fondos de pensión. Pero también los Estados participan indirectamente a través de sus políticas de tierras, de sus políticas comerciales y de inversión, o directamente mediante las expropiaciones o la adjudicación de concesiones. La acumulación de tierras no siempre es una cuestión de empresas muy grandes.

Las causas de estos fenómenos se enraízan en la historia, a veces, desde hace mucho tiempo.

La colonización creó las condiciones propicias para estos procesos de despojo y de concentración de las tierras (cf. el caso extremo de Sudáfrica), condiciones que se mantuvieron mucho después de la independencia de las antiguas colonias. Las tierras no registradas a nombre de propietarios particulares se convirtieron en «tierras fiscales» (Latinoamérica) o en «tierras públicas» (por ejemplo, en Madagascar, Tanzania, Senegal, etc.), aun cuando estuvieran ocupadas por poblaciones autóctonas desde tiempos remotos y regidas por normas consuetudinarias. Desconociendo los derechos de uso de las poblaciones que habitan esos espacios, el Estado justifica su facultad para cederlas mediante arrendamientos de muy larga duración o para venderlas a quienes considere más capaces de «desarrollar» el país. La solución propuesta para la inseguridad en cuanto a la tenencia de la tierra es la entrega de «títulos de propiedad» a los habitantes, en forma individual, para que puedan vender o hipotecar. En Madagascar, la reforma agraria de 2005, que cuestionaba el principio de las tierras públicas y permitía reconocer los derechos de los habitantes con certificados de propiedad, no logró alcanzar un desarrollo suficientemente rápido y el Estado continuó cediendo grandes extensiones de tierras para actividades agrícolas y mineras a inversores frecuentemente extranjeros mediante contratos enfitéuticos. Por lo general, los niveles intermedios de las estructuras de organización social y de gestión de las tierras y de los recursos no gozan de reconocimiento, situación que lleva a la privatización sistemática de la explotación de las tierras de las comunidades, de las «tierras comunes».

La colectivización forzosa en los países partidarios del socialismo fue otro motor para el despojo y la concentración acelerada de las tierras en el transcurso del siglo XX. El ejemplo de Rumania ilustra la irreversibilidad a corto plazo de este proceso. Durante la descolectivización, las tierras fueron redistribuidas formalmente a una gran cantidad de beneficiarios que, como no contaban con los recursos necesarios para trabajarlas, debieron arrendarlas, a menudo a muy bajo precio. Enormes explotaciones volvieron a surgir vertiginosamente en las mejores tierras, puesto que empresarios e inversores arrendaron miles de pequeñas parcelas para conformar sus fincas.

Las intervenciones del Estado para corregir rápidamente una distribución muy desigual de la tierra, las reformas agrarias, siguen siendo válidas, aun cuando no siempre permiten alcanzar los resultados esperados a lo largo del tiempo. Durante la reunión plenaria de la mañana, se destacaron los resultados muy positivos obtenidos en Vietnam, así como la imposibilitad de evitar, en Perú y en Chile, una nueva concentración muy rápida de la tierra después de reformas agrarias radicales. Por otra parte, la situación de polarización extrema en Sudáfrica ilustra el previsible fracaso de la mal llamada «reforma agraria asistida por el mercado», promovida por el Banco Mundial, que pretendía lograr la redistribución equitativa de las tierras mediante acciones voluntarias de compra-venta entre terratenientes y campesinos sin tierras. En Brasil, a pesar de la presencia de poderosos movimientos sociales en los campos y de políticas federales que contemplan la reforma agraria y el respaldo para la producción familiar, la polarización de las estructuras agrarias continúa acentuándose. El avance de la frontera agrícola desde la década del setenta incrementó en casi cien millones de hectáreas la superficie cultivable de ese país, lo que benefició principalmente a enormes explotaciones que practican diferentes monocultivos.

El contexto de liberalización generalizada de las transacciones en todo el mundo, el desarrollo de técnicas agrícolas y de transporte que dependen del uso de energías fósiles y de recursos no renovables, la promoción de los derechos de propiedad exclusivos, han conducido a una transformación profunda y perjudicial de las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. También ha provocado la desestructuración de las comunidades y la reducción de su capacidad para regular el acceso a la tierra y a los recursos naturales. La tierra es tratada, cada vez con mayor frecuencia, como una mercancía. Por primera vez en la historia de la humanidad, se niegan sus características específicas y las de los recursos naturales. Las consecuencias son dramáticas para toda la humanidad. Las comunidades y los pueblos pierden el control de sus territorios, sus saberes ancestrales y su capacidad de organización. Estos cambios se están acelerando desde hace diez años y son irreversibles a mediano plazo. En las regiones del mundo donde el acceso a la tierra goza de una mejor distribución entre los habitantes del campo, como es el caso de varios países asiáticos donde se concentra una parte importante de la población rural del mundo, la implementación de los catastros y la generalización de los derechos de propiedad individuales conducen también a un debilitamiento del control de los cambios por parte de las comunidades y al incremento de las tensiones en los campos y en las ciudades. En Europa y en América del Norte, la concentración del uso de las tierras en beneficio de empresas que solo aspiran a la rentabilidad a corto plazo quiebra la relación de la sociedad humana con la naturaleza: el campo se vacía, los daños ambientales aumentan y los vínculos entre los agricultores y el resto de los ciudadanos desaparecen.

PROPUESTAS

No contamos actualmente con herramientas que nos permitan evaluar el alcance de todos los procesos de despojo y de concentración de las tierras en el mundo. Se ha hecho énfasis en los acaparamientos que suponen la violación directa de los derechos de las poblaciones y se han priorizado frecuentemente los acaparamientos por parte de extranjeros, lo que lleva a construir una respuesta basada, ante todo, en el respeto de los derechos humanos. Es importante, pero no es suficiente. Es necesario que también podamos medir la concentración progresiva, que no es menos rápida si consideramos el ámbito geográfico en el que opera. Se trata de un paso previo para comprender el alcance de sus repercusiones a largo plazo y para anticipar las situaciones a las que se enfrentarán las generaciones futuras, tanto en el campo como en la ciudad. Para ello, es preciso crear observatorios, formados por investigadores y organizaciones ciudadanas, que no apunten a enumerar casos específicos, sino más bien a evaluar, a partir de los datos existentes y de las conclusiones de sus miembros, la evolución global de las estructuras de producción en los diferentes países, con el propósito de identificar las tendencias a mediano plazo, aun cuando los datos estadísticos sean incompletos.

Es indispensable crear nuevas normas nacionales e internacionales. Únicamente la implementación de una relativa autonomía en los niveles intermedios permitirá a las comunidades y a los pueblos evitar que se pongan en marcha políticas agrícolas contrarias a sus intereses, y les permitirá retomar el control de aquello que se supeditó a las solas leyes del mercado.

INTERVENCIONES

La siguiente lista no es exhaustiva. Pedimos disculpas a los expositores o asistentes de este taller que no figuran en esta lista y los invitamos a escribirnos a la siguiente dirección para que podamos publicar una nueva versión de esta síntesis con la lista completa: secretariat@landaccessforum.org

Charlas introductorias:

ANDREW, Nancy, investigadora, Francia/Estados Unidos

BATAGOIU, Raluca, especialista en desarrollo agrícola, Rumania

DÍAZ, Félix, líder de la etnia qom, Qarashe Qopiwini, Argentina

RABEHERIFARA, Jean-Claude, colectivo TANY para la defensa de las tierras malgaches, Madagascar

TAYLOR, Michael, director de la Secretaría de la ILC (Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra), Botsuana

Intervenciones de los participantes:

ABARCHI, Harouna, AREN (Asociación para la Redinamización de la Cría en Níger), Níger

ADEMBA, Frank, Mviwata Kilimanjaro, Tanzania

ANICE DA MOTA PORTO, Cleia, CONTAG (Confederación Nacional de Trabajadores Agrícolas), Brasil

BA, Sidy, CNCR (Consejo Nacional de Concertación y de Cooperación Rurales), Senegal

BAUMEISTER, Eduardo, investigador, INCEDES (Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo), Nicaragua

BAYLAC, Michel, presidente de la AEIAR (Asociación Europea de Instituciones de Desarrollo Rural), Francia

BESSAOUD, Omar, investigador, IAMM (Instituto Agronómico Mediterráneo de Montpellier), Francia

BOEHM, Terry, agricultor, expresidente del NFU (Sindicato Nacional de Agricultores), Canadá

BUZZALINO, Mario, COPROFAM (Coordinadora de Organizaciones de Productores Familiares del Mercosur), Uruguay

KARIYAWASAM MAJUWANA GAMAGE, Thilak, agricultor, Sri Lanka Nature Group, Sri Lanka

KARIYAWASAM MAPALAGAM HEWARUPPAGE, Ravindra, investigador, Centro para el Estudio del Medioambiente y de la Naturaleza, Sri Lanka

KEMANDA, Bienvenu Florentin, ingeniero de recursos hídricos y forestales, Maison de l’Enfant et de la Femme Pygmées, República Centroafricana

MACZ, María Josefa, coordinadora nacional delegada del Comité de Unidad Campesina de Guatemala (CUC), Guatemala

MOLINA, Javier, oficial de enlace con las Naciones Unidas, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Colombia

MONREAL GAINZA, Borja, asesor en desarrollo rural para las Naciones Unidas, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), España

OBREGÓN, Saúl, Fundación del Río, Nicaragua

PALEBELE, Kolyang, presidente del CNCPRT (Consejo Nacional de Concertación de los Productores Rurales del Chad), vicepresidnete de la PROPAC (Plataforma Regional de las Organizaciones Campesinas de África Central), Chad

SUAREZ, Víctor, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), México

Moderador:

Michel MERLET, AGTER (Asociación para la Mejora de la Gobernanza de la Tierra, del Agua y de los Recursos Naturales), Francia

Relatora:

HURTADO, Laura, socióloga, Action Aid, directora de país, Guatemala

1 La Land Matrix no pretende en modo alguno ofrecer una evaluación cuantitativa exhaustiva de las transacciones inmobiliarias a gran escala. Se limita a documentar y a verificar los casos que han sido señalados y que responden a los criterios establecidos (más de 200 hectáreas, a partir del 2000, etcétera). No toma en cuenta las transacciones efectuadas entre sujetos de un mismo país. Por lo tanto, el uso que periodistas e investigadores hacen de este recurso para analizar las características de estos fenómenos y de los actores resulta abusivo en muchos casos.

2 El tema del acceso a la tierra por parte de las mujeres también se trató en un taller paralelo.